Dos estudios recién publicados confirman la importancia de la alimentación en el desarrollo de diabetes. El primero, un estudio observacional estadounidense, relaciona el consumo de cereales y otros granos integrales con un menor riesgo de diabetes.
El segundo, europeo, analiza los niveles de vitamina C y otros carotenoides en sangre como reflejo del consumo de frutas y verduras y concluye que la incidencia de diabetes es menor en los que presentan niveles más elevados. La prevención no siempre precisa de costosos medicamentos, y la transmisión de este mensaje a la población tiene una gran importancia.