CARDIOFAMILIA | Cardiología y medicina de familia (Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga)

El estudio de la Universidad de Reading es el mayor ensayo aleatorio controlado hasta la fecha en comparar el efecto del cambio de ácidos grasos saturados (AGS) por ácidos grasos monoinsaturados (AGM) o por ácidos grasos poliinsaturados n-6 (AGP n-6) sobre los indicadores clave de la salud coronaria.

PRINCIPALES RESULTADOS

Al reemplazar los AGS con AGM, la tensión sanguínea nocturna se reduce una media de 5 mmHg. Una reducción de 3 mmHg en la tensión sanguínea se relaciona con una reducción del 5% en el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.

Los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL), el colesterol “malo”, se reducen entre el 11 y 14% al sustituir los AGS por AGM o AGP n-6, que equivale a una reducción de 17 al 20% del riesgo de enfermedad cardiovascular.

Los niveles de colesterol "malo" aumentaron una media de 10% al seguir una dieta alta en AGS.

No hubo un efecto importante sobre la salud de los vasos sanguíneos.

La enfermedad cardiovascular es responsable de más de un 25% de las muertes en Reino Unido. Para evitar el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, las autoridades sanitarias recomiendan, además de dejar de fumar, realizar ejercicio físico de forma regular y seguir una dieta equilibrada que incluya variedad de frutas y hortalizas. Asimismo indican que se debe reducir la ingesta de AGS en la dieta. Sin embargo, la comunidad científica empieza a cuestionar estas recomendaciones.

El estudio de la Universidad de Reading se realizó con 195 hombres y mujeres de entre 21 y 60 años con un riesgo moderado de desarrollar enfermedad cardiovascular. Los factores incluían la tensión sanguínea, niveles de colesterol en sangre elevados o sobrepeso. Se asignaron de forma aleatoria tres dietas experimentales que los participantes en el estudio debían seguir durante 16 semanas (enriquecidas con AGS, AGM o AGP n-6).

Las fuentes de grasas incluían alimentos fácilmente intercambiables, tales como aceites, alimentos untables, productos lácteos o tentempiés. Los otros aspectos de la dieta, incluidos la energía, las proteínas y los hidratos de carbono, no se modificaron. Antes y después de los cambios dietarios se tomaron medidas del funcionamiento de los vasos sanguíneos, la tensión sanguínea, grasas en sangre y otros factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular.

La autora principal del estudio es Julie Lovegrove, catedrática en Nutrición Humana en el Hugh Sinclair Unit de Nutrición Humana, Universidad de Reading (Reino Unido). Lovegrove afirma que «el impacto de las grasas saturadas sobre la salud es uno de los temas de debate más importantes de nuestra generación. Los consejos actuales del gobierno aconsejan una reducción en las grasas saturadas, pero los estudios recientes cuestionan la relación entre la grasa saturada y la enfermedad cardiovascular. Lógicamente, esto ha confundido a la opinión pública. Por lo tanto, es esencial que se realicen estudios experimentales sobre la dieta que sean fiables y a gran escala, con el fin de proporcionar a los responsables de formular las políticas sobre la dieta una información que sea exacta y basada en evidencias. Nuestro estudio demuestra que reducir la grasa saturada en la dieta y reemplazarla por grasas monoinsaturadas reduce la tensión sanguínea nocturna. El hecho de reemplazar las grasas saturadas por grasas monoinsaturadas o por ácidos grasos poliinsaturados n-6 también reduce de forma significativa los niveles de colesterol "malo"».

Estos hallazgos están en consonancia con los consejos actuales del gobierno, que indican que se deben reemplazar los AGS por grasas insaturadas.

Lovegrove añade: «Sólo en el Reino Unido fallecen cada año 160.000 personas por enfermedad cardiovascular. Todavía no se sabe cuál de las grasas insaturadas es más beneficiosa para la salud. Sin embargo, nuestra investigación muestra que reemplazar las grasas saturadas en la dieta por cualquiera de los dos tipos de grasas insaturadas reduce los riesgos de enfermedad cardiovascular».

La doctora Alison Tedstone, principal nutricionista en Public Health England, comenta: «Nos complace saber que esta investigación respalda el consenso general: la ingesta de demasiadas grasas saturadas tiene un efecto negativo sobre la salud. Desgraciadamente se come demasiado, el 20% más de la cantidad recomendada. Esto eleva los niveles de colesterol y aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular».

El estudio recibió financiación de United Kingdom Food Standards Agency y del Programa del Departamento de Investigacion sobre Políticas de la Salud (024/0036). Unilever I+D produjo y proporcionó los alimentos untables y los aceites según las especificaciones del estudio, pero no tuvo implicación alguna en el diseño, la implementación, el análisis o la interpretación de los datos.

Más información en American Journal of Clinical Nutrition.

Fuente: Medical Xpress

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